Hola, Bienvenido a mi blog!

Puedes seguirnos en las redes sociales o suscribirte al feed.

¡Suscríbete a nuestro blog!

Recibe en tu correo las últimas noticias del blog. Sólo ingresa tu correo para suscribirte.

contact form faq verification image

12.4.10

Pasado difuso [Parte tercera].

    Nos reconocimos por fotografías, gracias a los e-mails que nos enviávamos junto a Mohamed, nuestro amigo que nos introdujo. Ese fue nuestro comienzo, fue nuestro principal mantenimiento, nuestra historia, nuestra verdad. Ahí nos conocimos y concretamos un poco más con esos e-mails que entre los tres nos enviávamos, charlando y devatiendo. Así nos conocimos.

    Nos internamos en palabras salientes, en tus explicaciones y tus expresiones, en tus observaciones y en tu querer quedar con imagen impresionante, en aquél primer día que nos cruzamos e intercambiamos palabras. De a poco me fui doblegando a tus ideas y a las de Mohamed. De a poco te iba viendo como una gigante agigantándose, dando pasaos agigantados. Te veía alejarte, lo que sería común para mí verte alejarte y en tal inmensidad. Pero no me quedé observándote, sino que me quedé con una incertidumbre de por qué tanto tamaño y me perseguí a mí mismo para no perderte el paso. Aunque estuviese corriendo a causa de tus pasos, no me detuve y continué viéndote seguir. No me quedé quieto, el mantenerme en tal ejercicio me hizo crecer de a poco, y no solo me fui viendo de lejos, sino que me fui agigantando de a poco y te fui alcanzando con mi agilidad.

    Necesité doblegarme a vos, imponerme a tus palabras y a tu lírica hablar, criticar, filosofar. Observar cómo te movías al caminar, al verte gestionar, articular, expresar las palabras que salían de tu voz, de esa voz tan pura de experiencia. No me cansaría de verte enseñarme y aprender de tu visión arquitectónica, tus visitas por el mundo, tu pasado, tu historia, tu familia, tus pérdidas, tus amistades, tu política, tu secreto, tu miedo. Veo que no quedaba otra disyuntiva, sino que quería aprender con mi boca cerrada y entenderlo, opinarlo y comentarlo. Pero, a causa de quedarme en tan pequeño tamaño, tu atención se fijó en mí por no dejar que des más pasos, dejándote ver mi cara y disparaste con un arma para que me quede. Fuiste interesándote de a poco en pequeñas cosas, pero mi insistencia inmadura de peligro. Te interesó y continuaste, y de a poco tus emociones se quebraron, y por la compasión de ver a un pequeño, te intensificaste, y tu corazón sintió nostalgia, una nostalgia que sentí en mi pecho por la bondad de tu corazón. A causa de mis palabras te fuiste debilitando, te fuiste internando en el mundo de un joven inconcluso. Me mostraste la fealdad, la realidad del proceso judicial, la mano negra que hay detrás, las malas ideas y la injusticia que se muestra, la incapacidad que todos podemos formar para deformar más y más nuestro país. Ahora entiendo porque Argentina esta en el fin del mundo...

    Me demostraste, con constancia, la amargura de mis palabras, la fealdad que toleraba, la realidad que mis ojos tapaban, porque seguía vendado con mis cosas, en mi propio mundo reflexivo e inmaduro. Comenzando a considerar más mí propia vida y no ser tan ingenuo de que todos son distintos, muchos tienen coincidencias, muchos piensan en sí nomás, sin querer el bien para los demás. Me demostraste a dedicarme, a ceder mí tiempo y a aprovechar el tiempo, a sentir los momentos absurdos como el peso del mundo. Y esta consecuencia del pequeño y el gigante fue emparejándose, fuimos quedando del mismo tamaño de a poco, y con ese poco nos queríamos conocer mucho más.

    Y comenzó algo en vos de a poco, que de ciego solo no lo vi, pero lo sospeché. No lo quería porque cumplíamos con el deber de la amistad, pero mi venda me tapaba la historia. Noté que en tus palabras habían más fantasía, más anhelo por una parte, más intención porque explayemos nuestros secretos. Fuimos creciendo, de a poco en poco construimos una nueva estructura. Pero sentí tu perfume en silencio una vez, un momento que inspiró toda relación, un momento que, para mí, mucho duró, tanto que la imagen continúa circulando en mi cabeza, como sí fuese una imagen repetida. Me invadió, invadió cada parte de mi ser, y en mí quedó tu aroma, tu piel, tu transpiración, tu pelo, tu mano. Quedó tu perfume impregnado en mi cuerpo.


    Ahí te tuve por primera vez en mí mente, en mi adentro, en mi cuerpo. Hasta llegar el día donde decidiste decirme todo lo que tu interior sentía. Me invitaste a tomar una cerveza en un día de lluvia, cual nos encontramos en Plaza Italia y caminamos demasiado. Y charlando y charlando, llegamos a una esquina de un bar que conocías. Tu pedido fue una cerveza, el moso, quien te reconoció fácilmente, con gusto te la trajo. Y me quisiste como nunca, te pusiste enfrente mío y me sentí totalmente perdido, totalmente un pequeño y vos un nuevo gigante, un monstruo que quería pisarme, que quería demostrarme. Intentando desviarme, siempre estabas ahí, como enojada, como con un ataque inconsciente de palabras que de a poco a poco me fueron destruyendo. Recuerdo decirte: “YO NO SE QUÉ ESTOY HACIENDO AQUÍ, PODRÍA IRME, PERO ME ESTOY QUEDANDO”. ¿Te pusiste a pensar sí de verdad me hubiese ido ese día?, ¿sí me hubiese levantado e ido, dejándote ahí adentro?. Recuerdo a vos diciéndome y diciéndome, dándome cachetadas en constancia. Pero me quedé porque era la realidad, era tu forma de ver, que muy a diferente a la mía, quise ver otro punto de vista. Dejándome inconcluso, mareado, desorbitado, perdido en un mundo de preguntas, de querer estar solo, de un sentimiento que mantengo en mi pecho. Fue tu primera vez que me hiciste daño.

    Decidiste llevarme a un lugar, cual sabías que querías ir hace mucho tiempo conmigo, tal vez para tocarme o que una fantasía fuese conmigo, algo informal, con miedo a que rechace tal. Pero te enfrentaste a ese sentimiento y me llevaste, accedí y bajamos a total oscuridad, y en aquél cine nos conocimos aún mucho más. Y quisiste tocarme, quisiste verme, quisiste, con un miedo, sentirme más que con mis palabras, gestos, pretextos y demás. Y te dejé, mientras por mi cabeza pasaban millones de sentimientos.

    Te besé, besé a una amiga, una gran amiga, a alguien que acababa de aplastarme, de hacerme sentir nada, de hacer nada. Quería llorar, quería irme, sobrevivir solo. Pero tarde llegué a ese pensamiento. Y ahí estuviste, recibiendo mi beso, con una mirada diferente, de sorpresa absoluta, de sorpresa divina, de un sentimiento quebrado. Un terremoto sucedió, el cual nos dividió en dos, nos dejó inconcientes y comenzamos a actuar, sin que nadie ni nada comience a importarnos. Tuvimos nuestro primer encuentro natural.

    Todo cambió, quisiste volver a verme, volver a tener sexo conmigo, sentir mi sexo, querer mi sexo, sentir mi cuerpo, conocerlo, explorarlo de a poco, verlo sin remera, sentir su abrazo, un beso, una caricia, el tacto, la voz, la dulzura, la contención, el amor. Quisiste conocerme en mis sentimientos, con mis virtudes, con mis defectos, con mis problemas, con mis sentimientos, mis palabras, mi yo. Quisiste conocerme, y lo hiciste, ahí estuve, porque no fue cosa tuya, sino mía.

    Pero para mí, aparte de un hermoso sentimiento fue como una gota negra que llenaba más mí corazón de pena y de tristeza. No era un momento, un buen momento para que sucediese lo que comenzaba a suceder. Pero me arriesgué y ahí me quedé. Para soportar nuevos sufrimientos, nuevas cargas, otro peso agigantado en mí vida.

3 críticas:

pájaro pequeño

Ey, si pensaste que la de la foto de la entrada anterior era yo, estas re equivocado ajajajaj. Esa foto es de una pelicula, jajajaj
Besooooo.

pájaro pequeño

AJAJAJ, Bueno che. Mi cerebro esta cansado de tanto estudiar porquerias! jajaja un beso

pájaro pequeño

A mi me gustan las novelas. Y si son romanticas, mejor todavia!

Publicar un comentario

Preguntame lo que quieras sí tenés algo para decir, comentá anónimamente. Dejá tu critica sobre lo que acabás de leer, me gustaría ver tu punto de vista.

Muchas gracias.