Hola, Bienvenido a mi blog!

Puedes seguirnos en las redes sociales o suscribirte al feed.

¡Suscríbete a nuestro blog!

Recibe en tu correo las últimas noticias del blog. Sólo ingresa tu correo para suscribirte.

contact form faq verification image

26.4.10

Carta imaginaria

Querido ser:

Que miedo me inundó mi propio ser, que frío que tenía y de qué manera me temblaba el cuerpo. Mis ojos suelen moverse más rápido de lo común cuando sucede algunos de esos síntomas. Al escribirte fragmentos de mis verdaderas y absolutas verdades comencé a sentir lo mencionado posteriormente. ¿Nervios?, ¿recuerdos?, ¿sentimientos?, ¿dolor?, ¿miedo?, ¿de nuevo?, que de palabras uno podría preguntarse en un estado como ese de ¿adrenalina? al mismo tiempo. En ese momento me pregunté sí pedirle el celular a una compañera de clases y mandarte ese SMS de citarte en ese lugar a las 10 hs. sin consentimiento de nadie, más que el propio.
Como dijiste, noté tus idas y venidas, tu estado intranquilo, tu nerviosismo absoluto hasta el momento en que te subiste al auto, donde el estar ahí, te tranquilizaste más. ¿A dónde estabas yendo? Estabas yendo a tu paraíso, pero que al tocarme, yo soy el propio infierno, por que sabías algo de lo que te contaría luego. Al mirarme y al comenzar a pasar el tiempo, comencé a quemar tu paraíso y a derretir totalmente esa esencia que quedaba.
Mi pregunta, más que nada, es que ya es la segunda vez que quedas petrificado sin nada más que tu invasión de preguntas que se estancan en la punta de tu lengua y en tu campanilla se atascan todas las posibles afirmaciones, irracionalidades, incomprensibles, sentimientos, y tantos relativos. ¿Por qué no podes decirme nada?, ¿por qué te quedás ahí, sin sacarte aquella bolsa que te esta impidiendo respirar?. Ahí te quedaste, nuevamente, tal cual la última vez que te vi, la última vez que nos permití estar juntos. Estando frío no resolves nada, no lo logras y te vas a quedar con ese recuerdo y yo me siento atado, por así decirlo. Por que vos sos una gran parte de mí y no puedo sentir que, ahora que te conté la verdad, no hayas rematado con tus dudas, con tus cosas, con tus preguntas.
Si, pregunté de cómo andabas, pero tu respuesta fue tan imparcial, tan vacía, sin sentimiento. Sí de tus ojos hubiesen observado mi mirada, que en ese momento me la estabas sosteniendo, podrías haber visto que mis ojos decían que necesitaba de tu respuesta franca y sincera, tal cual fui yo en tu auto y en mi tiempo dentro. Sabía que no podrías de estar tranquilo luego de tal noticia, luego de confesarte esa mentira que cree en tu mundo. Vuelvo a decirte: lo siento por eso. “Por que te vi y estas bien…”. No, no lo estuve. Estoy tranquilo, pero no significa que este bien. Sí de eso me decís que es por la otra persona, no tiene nada que ver aquí, ya que somos vos y yo en esta historia. Te puedo contar las realidades, pero no tiene que interponerse en la relación que supimos crear. De ser así, se contagia de terceros y ellos nunca tienen que ver en una relación.
El celular que te dejé es de una compañera, pero vos quisiste que te diga que era el mío, pero te repetí que no lo era. LA necesidad por enviarme un mensaje o saber de un número dónde contactarme, cerró tu mente para que, automáticamente, te diga: “es SU número.”.
            Supuestamente, cuando uno supera su expectativa, queda vacío. “Tengo que vencer al mejor jugador del mundo.”, “Voy a casarme.”, pero luego la pregunta: ¿qué sucede una vez que cumpliste el objetivo?. Generalmente uno queda vacío, porque se llenó de lo que quería llenarse. Esta vez quedaste aún peor y yo relajado por haberte dicho esa presión que me punzaba en el pecho y gritarte la verdad que me estaba asfixiando. Duele, ¿no te parece?. Duele mucho. Duele que sucedan estas cosas. Duele que termine como uno no lo espera. Tanto vos como yo estamos muy dolidos. Por mí parte, estoy dolido porque soy el que produjo este sentir en vos, esta separación, la mentira que oculté durante meses.
            “¿Por qué?.” te preguntás. Porque te di todo lo que NADIE pudo darte, porque pude mirarte a los ojos y entenderte o escucharte como muchas personas obviaron eso. Porque te quise como a ninguna persona, fuera de mi familia, quise. Porque, en cuanto al sexo, te demostraba cosas que nunca hubieses aprendido en ningún libro ni con ninguna otra persona. Porque mi tacto se diferenció por y durante muchas personas y tiempo. Mi cicatriz ahí quedó, en tu piel, en tu aroma, en tus ojos, en tu manubrio. Porque, por no ponerle un título totalmente enorme, te fuiste “enamorando” de mi personalidad, de mis sentimientos, de mis palabras, de mi cuerpo, del tacto y de TODO, pero absolutamente TODO lo que te fui regalando sin pedir nada a cambio. Y gracias es poco, gracias de muy poco para todo esto que se sintió, gracias es la forma en que puedo agradecer por todo lo que me hiciste sentir y nadie, hasta el día de hoy, me demostró ese sentimiento que tuve con vos. Y de mis gracias, el susurro melancólico del perdón y de disculpas es en absoluto alta voz. Siempre vas a formar parte de mi, sos una persona que me construyó en lo que hoy día soy, en lo que es mi futuro. Soy una consecuencia tuya. SIEMPRE VAS A FORMAR PARTE DE MI VIDA, pero no puedo hacer más que dejarte con mis actualizaciones que en Internet proporciono, porque no puedo volver a verte, por eso lo siento. La única forma que puedo verte es sabiendo que queres verme por tu última vez donde de tu boca salgan las palabras que estas dos últimas veces te prohibiste decirme y actuaste en frío. Sos mi cicatriz.
No sos ni serás ningún cartel de GAME OVER, sino que de el de NEXT LEVEL. Me subiste de nivel y nunca nadie me va a dar, estoy seguro, de lo que vos me diste. La forma de tocarme, de escucharme, de mirarme, de sentirme, de dejarme fluir, de unirnos y ser uno. Y ser uno… Y ser uno. Ahora entiendo una gran diferencia. Con vos fui uno, ahora estoy siendo muchos, tal cual Deleuze [filosofo actual] hizo con su compañero Guattarí. Ellos decían que cuando estaban juntos, ellos no eran UNO, como se suele decir, sino que eran muchos. Creo que esta es una enorme diferencia.
Se que soy una persona, AHORA, que te prohíbe de mi presencia. Pero es que vuelvo débil mi ser, me inclino y no puedo mantenerme firme y fingir una cara, porque la mascara se rompería. La cara de Póker siempre tiene sus falacias.
No puedo hacer nada con tu sentimiento, más que sentirlo en mi corazón, sentirlo aquí, sincero, bello. Pero me debilita y me deja en estados llorosos por recordar dolores antiguos.

Yo, tu antiguedad.

1 críticas:

Publicar un comentario

Preguntame lo que quieras sí tenés algo para decir, comentá anónimamente. Dejá tu critica sobre lo que acabás de leer, me gustaría ver tu punto de vista.

Muchas gracias.