Hola, Bienvenido a mi blog!

Puedes seguirnos en las redes sociales o suscribirte al feed.

¡Suscríbete a nuestro blog!

Recibe en tu correo las últimas noticias del blog. Sólo ingresa tu correo para suscribirte.

contact form faq verification image

19.3.10

Pasado difuso [Parte segunda]

-SEGUNDA PARTE-
       Volvamos a empezar de nuevo, ya que inicio este párrafo en un día nuevo en una hoja nueva a causa que no tengo algún párrafo por detrás para escribir. Agradezco mucho la compañía que me diste en todo el tiempo que compartimos, realmente te sentí y fue eso un proceso de excelencia y de tiempo que me regalaste. Ahí permanecías a mí lado sin soltarme la mano, te aferrabas a mí como sí fuese parte de tu cuerpo y no te movías porque sabías que era de gran importancia. Mucho tiempo pasó que no me dedicaban tanta importancia y vos lograste regalarme eso sin pedir nada a cambio, sin buscar algo así absorberme, sin esperar alguna respuesta o lo que sea. Preocupaste tu ser por saber sí estaba bien, te comunicaste conmigo para sacarte el peso sí sucediese algo, expresaste tus silencios sometidos en años sin que te juzgue, sin que pienses que te apuntaría o que me iría otro lado a causa de lo que, con el tiempo, ibas relatándome. Muchas veces me llevaste de tu mano para que pueda mirar el camino a elegir, y, aunque algunas veces fue forzado, supe que ese camino no fue errado. Hay veces que a uno lo tienen que forzar para tal, así puede ver otra cosa de la que se suponía que vería.

       Compartías comigo siempre hasta antes de las 20:00 ya que siempre temiste a la noche y a los problemas que en Buenos Aires se presentan. Pero compartíamos, dependiendo de la hora que nos encontrásemos, a eso de las 14:00, un promedio de seis horas y cuatro mínimas. Y lo que queríamos hacer era tomar el camino largo a base de colectivos para permanecer más tiempo juntos y decididos a charlar más, porque sabríamos que en poco tiempo se terminaría nuestro encuentro. Charlando de tantas cosas y de tonteras, solo para sentir que ahí estábamos, sino intentando hacer picardías sin que nadie se enterase de lo que estábamos por hacer, jugando con la adrenalina y con la complicidad que tanto nos inspiraba a hacerlo, aunque siendo cómplices uno del otro, nos desubicados por el espacio y la sociedad.

       Pienso que fuiste una gran amiga, pero no de las mejores, faltan años para que eso y que suceda. Es a Guido y a Daniela quienes considero que merecen llevar ese título de tan elevado sentimiento, quienes por ellos mí vida podría dar. Y lo peor de todo es que nunca voy entender el por qué de tal sentimiento que tengo para cada uno de ellos. Tal es ese sentimiento que los siento como un hermano/a.

       Tuvimos la suerte de que nosotros tengamos una relación de amistad la cual se fue dando naturalmente y sin ayuda ni intervención de nadie, cual fue algo sagrado para mí. Me impresiona recordar que eras aquella bacteria que dije en un principio [Desulforudis audaxviator], que aquella bacteria solitaria y sin respiro. Pero un día tropecé con vos y procuré ayudarte y no dejarte en soledad, sino que decidí internarme en tu estado y darte una mano con lo que podía hacerlo, y lo haría hasta el cansancio, tal vez, hasta sobrepasarlo. Con lo mínimo y lo máximo posible. Comencé a sentir y a conocerte, a entender que eras una persona desconfiada y difícil de llegar a puntos más intensos, de los cuales me costó sacarte palabra porque intentabas esquivar los temas de una manera artística. Pero dije, desde un principio, que intenté comprender al humano con algunas palabras y gestos, así fue cómo deduje que tus estados eran más intensos de lo que pensaba. Logre ubicarme en tu ser y comprender que sucedía algo, que algo interno te estaba quemando porque no eras de hablarlo mucho, o, de no ser como digo, será que nunca tuviste a alguien como para compartirlo.

       Procuraste mi bienestar y alimentaste mi alma sin buscar nada a cambio, solamente un amigo a quien hallar y lograr que este ahí cuando realmente lo necesites. Pero, a pesar de mis errores, tu ser manifestó un dolor inmenso y notable, pero ahí continuaste, por el amor que tenías a mi cuerpo y mi sangre. Y esos errores, que fueron de cataratas inmensas y aunque de mí no necesitases, ahí me encontré para hacerme frente y afrontar la situación sin dejarte o, al menos, compartir tu dolor, tu sufrimiento, tu ausencia, tu soledad, tu oscuridad. Pusimos un pacto entre nosotros dos y fue el de no soltarnos la mano y así esta siendo usado, sin habérnosla soltado, sino que amagamos en muchas partes, aflojamos, apretamos, nos dejamos sangrar, cicatrizamos, pero siempre estuvimos enlazados, sin soltarnos.

       Pero muchas veces no merecí tu compañía o tu bienvenida con brazos tan abiertos. Bien supe lo que hacía y fui conciente de mis presiones y realismo actuante del momento que dolí a muchos. Tan conciente que mi cuerpo transformó sentimientos en absurdo enfriamiento y solamente actuaba por impulso y deseo de terminar tal situación. Pero ahí estuviste para ayudarme y para ayudarte, para levantar mí ánimo y desvanecer mi tristeza y absorberla y disminuirla en una polvareda.

       Bien te hice doler en el momento que comencé a profundizar sobre mi vida y mi forma de vivirla. Conté sin pausa e interesado en que sepas, pero no pensé en vos y la recepción de los temas que contaba, ya que no me ubicaba en tu espacio, en tu cuerpo. De a poco fui entendiendo que lo que tenías dentro era una bronca de que ande ciego por mi vida y no sea capaz de darme cuenta. Y encontré en personas lo que mi cuerpo necesitaba.

       Encontré en personas una vida nueva cual llenar y compartir, intentando hacerlas revivir de aquel hueco que sintieron, pero a la vez un hueco hicieron, un paso al costado, un respiro, porque sabían y respetaban mi decisión y la manera en que se dirigieron a mí siempre fue la correcta.

1 críticas:

Publicar un comentario

Preguntame lo que quieras sí tenés algo para decir, comentá anónimamente. Dejá tu critica sobre lo que acabás de leer, me gustaría ver tu punto de vista.

Muchas gracias.