A pesar de que haya pasado un buen tiempo de todo lo sucedido, me cuesta mucho sanar. Di todo de mi, le di todo de mi, di hasta mi alma... pero no fue necesario, no fue lo suficiente, no fue en absoluto. Y ahora estoy solo, con este sentimiento, intentando taparlo, dejarlo, diluirlo, expirarlo, pero me sigue costando. Quiero, pienso, necesito ya dejarlo atrás y voy a trabajar en esto que me sucede.
Mi psicólogo me dijo que trabaje en acentuar las cosas y decir cada cosa por su nombre, identificando las cosas por cómo DEBEN de ser. Debo enfrentar y ponerle los títulos que se merecen a cada cosa de mi historia... Pero esta historia es algo fuerte y de muchos sacrificios y dolencias. Pero en el pasado quedará.
Esa persona, Soledad, fue a quien le di todo de mi. Hoy me despido.
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