La cuerda

Son mis lágrimas internas que dejaron de caer,

comprendieron la fantasía que quisieron creer.

Pero mis respiros ya están secos en esta tormenta

y el eco de mi grito es tan solo que ni montañas lo hacen resonar.

Dolió tan fuerte que hayas cortado la soga

sin nada que decidas hacer, viéndome caer.

Decidiste y respetaré, estaré y no moriré.

Sostendré fuerte el extremo de esta cuerda

sin miedos, porque quiero verte crecer.

Nunca te irás del eco que transmite mi voz.

Me alejaré sí tu alma necesita respirar.

Estaré ahí cuando tu mundo vuelva a quebrar.

Cuando no haya nadie más a quién puedas correr,

aquí estaré, para escucharte, intentar tranquilizarte.

No sabré cómo mirar, no sabré cómo hablar,

no sabré qué decir, no sabré qué compartir.

Pero pasaré el rato a tu lado para estar.

Hace tiempo descuidé una amistad

que hoy día olvidé qué tan fuerte puede ser.

La cuerda se tensó, se desgastó, se rompió.

T                 o             d     

               o            s      e

         q            u    

e                  b           r               o            .

Esparcidos, idos, desbalanceados, fuera de nosotros mismos.

Dile a tu voz interna que ya no hay nada que decir por ahora.