Mejor amigo, mis melodías.

Calificaré la melodía que reciben mis oídos con esta suave música del acordeón, y del fondo escribiré los lamentos que expresan sufrimientos, queriendo expresar su dolor. Son sus gotas de lágrimas que me dicen que ya lo dejó. Es diferente cuando el piano se divierte, queriéndole decirle que lo aconseje. Y ya no sufrirá ese dolor porque tiene a alguien que lo acompañará. Un violín se acerca y le dice que no lo soltará, lo tomará de la mano y lo saludará, apoyará cada cosa que tenga para expresar.

Y desde chiquitos esa amistad que se fomentó nunca cambiará. Siempre permanecerá y se quedará en cada uno queriendo demostrar que serán de por vida porque ya están unidos por el interior. Escucho sonar esta melodía y mi su alma quiere expresar sus lagrimas por extrañar estar a su lado divirtiéndose, estando una semana perdido con vos, esos viejos tiempos.

Como extraño poder estar a tu lado, decirte con demostraciones, con diversiones, con sentimientos los sonares del piano que sucumbe mi espíritu. Brillará mi interior te dirá que te extrañará y te necesitará. Quiere que llegues lejos, que me des una mano y me digas que te tiene mucho que contar. Soplaran las cuerdas de esa guitarra que suena a lo lejos y se acerca por el pastizal. Confesará que ya he llegado lejos, pero que nunca es tarde. Y necesito demostrar que estoy en diferentes posiciones que puedo mantenerte, no quiero perderte.

Muerdo mis labios, sangran desde adentro, me lastimo, me castigo y me vuelvo insensible de tantos cortes que me causo. Pero no necesito de mi propio castigo, porque mi cuerpo curará, pero mi interior, esas heridas que produzco sin quererlo, perduran y se recuerdan. Así que he llegado lejos esta vez. Ahora sí quiero estar más cerca. Y lo estaré. Por ti estaré mil veces, porque lo vales, porque eres mi mejor amigo, el que extraño con tantas ganas.

[para Guido Almiron]