Diario: 20.12

Hace mucho que no me hacías desplegar mis lágrimas, hace cuánto que no me atacabas y atacabas con tus palabras y, de a poco, me encerrabas, acorralabas entre la espada y tu afilada espada. Lento fui ganando tu terreno, contándote más cosas, notándo que su nivel es más alto que el tuyo, que no se pueden comparar más de cuatro años a lo que que nosotros ya llevamos, 1 año y 5 meses.

Personas que supieron de mi podría decir que mi relación de noviazgo o al estar conmigo en algo serio, se puede definir en: "Sos un forro con ellas...". ¿Pero esta mal ser tan honesto, tan sincero y tan directo?. Duelen las verdades, y conmigo son directas y bien dolientes, frías tal vez. Odio las mentiras, odio tanto la falsedad, odio que digan y no hagan, odio tanto que todo sea algo así nomás, como para pasar el tiempo y "divertirse", sí así se puede definir.

Si, extraño más que nada su comprensión, saber que en ella podía confiar más que en nada, que sabía todo mis secretos y que, más que nada, nunca me mentiría e iría con la verdad y con sus sentimientos, porque seguía su sentir. La extraño, pero cada palabra tuya me hizo entender que cada uno de mis sacrificios, que cada uno de mis impulsos, que cada uno de mis despidos, fue como nada.

Hoy estoy con ella, hoy estoy a su lado, hoy estoy aquí y allá, batallando en este campo de batalla, madurando y creciendo. Hoy estoy herido, estoy muy herido, pero se que la piel se regenerará y pronto todo sanará. Solo necesito que hagas la única cosa que te pedía hace más de un año y que hoy no supiste contestarme...

Todavía no sabés cómo poner las manos para abrazarme y eso es lo que más me duele.